martes, 5 de febrero de 2013

¿CUÁNTO VALE LA VIDA DE TUS HIJOS?

¡Hola chicos!, ¿qué tal el fin de semana? Espero que hayáis disfrutado mucho de él al igual que lo hice yo...

Pues bueno, recién empiezo la semana y la verdad es que el día de hoy ha dado para mucho...;por otro lado, veremos a ver si nos terminan dando las notas por fin ja,ja,ja, "Paciencia"...nos aclaran los profesores, "que la paciencia es la madre de toda ciencia" ja,ja.

Hoy a primera hora hemos tenido otra nueva sesión con Marian y su ya conocida "Psicología de la educación" (y digo conocida porque precisamente conocemos la asignatura, pero no todos los contenidos je,je).

En ella hoy hemos empezado hablando sobre la relación que tiene la psicología con la educación (ya sabemos que la psicología abarca muchas disciplinas...).
En una primera acepción hemos estado visionando un vídeo sobre una madre que incapaz de pagar el billete de su hija, arriesga la propia vida de esta, dejándola atrapada entre las vías del tren y el convoy.

Viendo el vídeo de nuevo no puedo evitar sentir rabia de la actitud tan sumamente despreocupada que tiene la madre hacia la hija, viendo esta a su vez como el tren se aproxima hacia su hija sin apenas tener el mínimo miramiento y la intentona de hacer algo.

Marian nos ha invitado a reflexionar sobre cuál sería el procedimiento que nosotros como futuros docentes llevaríamos a cabo con la madre. La opinión de forma casi unánime ha sido que como primer paso, entablaríamos una conversación con la madre, preguntándola el por qué de dicha acción e intentar concienciarla a toda costa sobre la importancia de la vida de su hija (imagino que nadie caería en la repulsa de hacerla sentir mal, cuestionándola su papel como madre y preguntándola, ¿cuánto vale la vida de su hija?). Sabemos que el acto que ha llevado a cabo ha sido el de una persona muy irresponsable, aunque no sabemos si no pagó el billete por necesidad económica, chulería directa sin más o cualquier otra causa nada justificada para provocar unas múltiples consecuencias e incluso la propia muerta de la menor.

Con todo esto Marian también nos ha recordado la importancia de tener que actuar o no en distintos momentos de nuestras vidas con nuestros discentes.
Habrá veces que aunque queramos, seamos o bien incapaces de actuar o directamente que aunque queramos llevar a cabo alguna acción, sea mejor que no actuemos por las posibles consecuencias graves o no de intervenir en una situación determinada sin saber el daño que podamos causar interviniendo.

Después hemos estado visualizando un vídeo en el que se había producido un asesinato y el policía se encargaba de "desmontar" las cuartadas de cada empleado de la casa. Este vídeo me ha recordado muchísimo a los juegos ya conocidos por muchos: "Cluedo" y " La herencia de Tía Agatha" de Mb je,je. Pero el caso es que el asesinato en sí tomaría más relevancia siempre y cuando hubiéramos sido "buenísimos observadores". ¿Y por qué digo esto? Porque mientras hemos estado viendo el vídeo, no nos hemos percatado de que las cosas se habían cambiando en la misma escena (un jarrón, un cuadro, el mismo muerto...)

Pienso que a veces pasamos por alto cosas que a la larga tendrían muchísima importancia en nuestro quehacer diario, pero sin embargo nos solemos fijar siempre en "las tripas" de las cosas y no "en los intestinos" si me permitís decirlo. Siempre hay que ir más allá; no debemos conformarnos con el hecho de saber algo que pudiera estar inconcluso.
Ese vídeo iba enlazado a una pequeña dinámica que tendríamos que afrontar. Esta consistía en que observáramos cómo y de qué manera la persona que tenía que salir actuaba en distintos aspectos y con distintos movimientos. Debíamos observar claramente los movimientos gestuales, la expresión verbal que llevaba a cabo, la forma de moverse, de reaccionar ante las preguntas de sus compañeros, si tenía un pose cómodo, relajado, o todo lo contrario dependiendo de lo que le estuvieran preguntando.
Yo opino que dependiendo muchas veces de la persona, pero sobre todo del tema a tratar (si te gusta o no, si entiendes del tema o no, si la persona con la que estás manejando el tema está interactuando de una manera correcta contigo y tú te estás sintiendo "arropado" con esa persona, es decir es una cosa de dos, de forma recíproca...) actuarás de una manera o de otra.

El caso es que he podido notar como Carlos (persona a la que le tocó salir) según las preguntas que le hiciesen aflojaba su postura de una manera mucho más "incómoda" o inclusive de una forma gestual poco "llevadera". Como ya lo conozco, sé que preguntas "tipo políticas" no le han hecho ninguna gracia por parte del resto de mis compañeros, pero sé que es un tema que le "apasiona" enormemente.

Por eso he podido observar como constantemente se movía dentro del mismo círculo , como si estuviera atrapado, pero moviéndose dentro de ese diminuto círculo imaginario. También he podido observar que en ciertos momento su cuerpo comenzaba a inclinarse (no sé si por falta de seguridad o más bien por incomodidad suya). Bien es cierto que esta mañana estuvo charlando conmigo en el tren sobre la pregunta que le dije a mi compañero Mario que le formulase; esa pregunta trataba sobre "Las ciudades fantasma" que estaban construyendo en China. Una vez se le formuló esa pregunta, pude notar (yo en mí caso porque previamente habíamos hablado sobre ello) como la expresión de su cara cambiaba y la manera de gesticular era más que evidente, a la vez que había mucha más seguridad en su forma de expresarse y en su vocalización. Este concretamente era un tema que le interesaba especialmente y que quería transmitir de una forma segura a sus compañeros, pues era un tema que "controlaba bastante", en cambio como he mencionado con anterioridad, aunque el tema político le encanta también, se pudo observar que las preguntas lanzadas por los compañeros no parecieron gustarle del todo...

 El caso es que mientras dos voluntarios se encargaban de observar a Carlos, otros dos salieron fueran pero sin tiempo limitado, ya que ellos mismos escucharían sin ver a la otra persona como se expresaba de una manera mucho más impersonal; en cambio había una persona que se encargó de cronometrar a los que observaban para analizar y apuntar posteriormente todos los aspectos que Carlos había llevado a cabo o no...

Tan importante es la persona que desempeña el papel de tener la habilidad comunicativa de expresar cosas, como la importante que reside en las personas que están a su alrededor y que la analizan y observan si ha cumplido con los aspectos tratados en mayor o menor medida...

Recuerdo que a mí personalmente este ejercicio me encantaba, pues el año pasado hice muchas dinámicas de este tipo en el curso que realicé de "cuidador de personas con discapacidad". El caso es que a mí me tocó salir en primer lugar; la situación se situaba en un contexto educativo, en el aula donde hacíamos las dinámicas. Mi compañera y yo tuvimos que sentarnos y disponer de un pose lo más cómodo y relajado posible si así nosotros lo queríamos. El caso es que estuvimos hablando de lo que nos dio la gana, y yo por lo "buen escuchador" que soy, en todo momento tomé una postura cómoda frente a mi compañera, a la vez que podía notar como mis piernas para nada cerradas, hacían flexionar ligeramente también mi cuerpo para afrontar una situación lo más cercana posible frente a la compañera con la que me tocó trabajar. En mi caso lo hicimos sin tiempo, pero los compañeros "observadores" tenían tantísima información que según la profesora, era mucho más cómodo sin la presión de no pasarse con el tiempo...

Soy de aquellas personas que con una imagen o incluso con un gesto digo mucho más que con una palabra. Soy un chico que gesticula muchísimo cuando establezco una conversación con mis más allegados, aunque a veces esas gesticulaciones se puedan apreciar de una manera "poco cómoda" hacia el resto y algo "agresiva" si es que estoy enfadado; pero nada más lejos de la realidad pues no haría daño ni a una mosca...

El caso es que por la experiencia y los años que me preceden, soy una persona que sabe llevar una conversación e incluso que siempre suelo ser recíproco con la persona que me está exponiendo sus alegaciones, sus problemas, sus alegrías, sus penas etc.,. Siempre suelo llevar a cabo el feedback con el otro interlocutor, pues entonces poco serviría que me estuviesen contando algo, sin tan siquiera soy capaz de interesarme por sus cosas y no prestarle atención, ya que la gente muchas veces si ven que un tema no les interesa en absoluto, suelen caer en el error de mirar para ambos lados, haciendo caso omiso a la persona que se está expresando y así nos va...

Posteriormente Marian nos mandó un ejercicio para el próximo día en el que deberíamos resolver aquellas cuestiones que en cierta manera repercutiesen directamente en la escolaridad de nuestros abuelos o abuelas, en la de nuestros padres e inclusive la de algún vecino o amigo que fuera profesor y que nos contase un poco su experiencia, sus problemas como maestro, etc.,.


Así que me pondré a ello precisamente...
 
Muchas gracias y buenas noches,
 
Un saludo, Javi.


 





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