Nos enfrentamos a retos casi a diario, el reto de salir a la calle a buscar trabajo, el reto de decirle a la chica o al chico que nos gusta algo...el reto atreverse a decirle a mamá que rompiste su jarrón favorito...
La participación infantil es mucho más que un reto no solo para los
niños, sino también para los adultos. Es un reto para los profesores del aula
porque siempre han tenido la creencia de que los niños ya participaban cuando se les preguntaba en clase por el
ejercicio 8 de la página 43 del libro de Lengua.
Pero la participación infantil debe empezar por hacerles ver a los niños
que son ciudadanos con derechos desde que nacen. Participar es un derecho
inherente al ser humano, razón de más para otorgarles y arrojarles algo de luz
en cuanto a que las visiones y tradicionalismos que los adultos predican a
diario no son más que un obstáculo que entorpece su labor como ciudadanos
autónomos y de pleno derecho.
Por ello, uno de los primeros retos a los que como maestros debemos hacer
en cuanto a la participación infantil, es que empecemos a empoderar a
los niños desde su visión como niños y no desde nuestra perspectiva de adultos,
la cual siempre ha estado algo anticuada y ha frenado el proceso evolutivo de
los menores.
Debemos como maestros ofrecerles a los niños un enfoque de participación
desde edades muy tempranas con cierta cotidianidad en la que también esté
presente su ámbito familiar y por otro lado, un enfoque que tire por tierra el discurso adulto-centrista que
siempre ha estado ligado con la no participación infantil.
Tenemos y debemos de formar ciudadanos con competencia ciudadana, personas
con voz, con sentimientos, con pensamientos, con ideas que buscan promulgar y
que salgan adelante.
De esa capacidad para ser ciudadano destacará el buen o mal uso que éstos
lleven a cabo con sus derechos, porque sí, tendrán derechos, pero nosotros como
maestros, tendremos que guiarles a hacer un uso responsable de todos ellos y a
expresarles que como también tienen derechos, no es menos real que también
tienen obligaciones que cumplir con ellos como ciudadanos que son.
Como bien he comentado antes
en otra actividad, codirijo junto a otra compañera un Foro de Participación
Infantil a nivel local. Con esto de la pandemia hemos tenido que valorar si
debíamos cancelar el proyecto hasta el próximo curso o bien abordarlo desde un
escenario diferente.
Así pues, finalmente hemos
modificado nuestra manera de proceder respecto al foro presencial, adaptándolo
a los tiempos fijados y trasladándolo a entornos virtuales y seguros donde
podamos debatir sobre la situación actual y podamos proseguir con las sesiones
de una manera normalizada.
Y la verdad es que no podemos
estar más contentos, ya que la propuesta ha tenido mucha aceptación, lo que ha
conllevado que a través de una plataforma online del propio ayto, los niños
tengan muchas más ganas de participar y también de expresarse con mucha más
soltura que si lo hicieran sábado tras sábado cuando nos vemos...
No quiero decir que ellos no
aprovechen las sesiones presenciales, al contrario, pero esta forma de llevar a
cabo el foro ahora, complementa de una manera más rica porque al estar todos en
sus casas, están aceptando las reglas del juego y están siendo responsables
sobre cómo deben proceder para poder debatir con el resto de sus compañeros,
respetándoles a todos ellos y por supuesto, respetando también el turno de
palabra.
Y es que en la plataforma
hay un moderador de la sala que puede llegar a silenciar el micrófono si se
forma mucho alboroto a la vez. Pero nada más lejos de realidad, ellos mismos se
han autogestionado, silenciando sus micrófonos cuando otros compañeros le
daban al icono de la mano para poder hablar...Eso es participación llevada a
cabo por personas con valores y cuya responsabilidad ciudadana, nos haga creer
en la libertad de expresión y de opinión del resto de personas.
Esto es solo un peldaño de una escalera muy larga, pero juntos podemos hacer
que se produzcan cambios a nivel local, autonómico y estatal, logrando un
cambio de mentalidad en las personas a nivel social y por supuesto que respete
los derechos de la infancia para que los ciudadanos infantiles del presente, no
puedan trasladarles a generaciones venideras algo erróneo en lo que no podrán
luchar.
Es por ello, que los adultos deberían dejar a un lado su yoísmo y
prestar más atención al desarrollo físico, mental y social del niño con derecho
a expresarse libremente y gestor de su propio proceso de interacción y
aprendizaje (dándoles esa visibilidad que los adultos les niegan).
Como maestros podríamos proponerles juegos de manera cooperativa y
organizada, técnicas de teatro que puedan mostrarles una visión diferente a la
que están acostumbrados, logrando entrenar la escucha para con los demás,
analizar la realidad que viven a través de sus ojos y la creatividad buscando
tomar decisiones y aportar soluciones basada en la realidad que intentan
transformar desde su visión.
También se podrían llevar a cabo debates con roles definidos de temáticas
de diversa índole que a priori solo valdrían para embellecer a los adultos más,
pero todo lo contrario, serviría para ponerse en el lugar de ellos y empezar a
ejercer una libertad de expresión y una opinión en la que muchas veces, ellos
como niños están censurados.
Y por último una de las cosas más importantes que como ya he dicho es
visibilizar y poner en valor a nuestro grupo de participación infantil. Una
buena técnica puede ser a través de un blog (tipo cibercorresponsales)
para que ellos puedan conectar con otras comunidades educativas y así poder
reforzar y retroalimentar esa participación infantil.
No caigamos como maestros en la falsa participación infantil reflejada en
una vil manipulación de contenidos, no confundamos la participación con el no si yo le dejo hacer (dejando a un
lado su nivel de madurez, su cultura, el entorno y el grado de aprendizaje de
esa participación infantil...).
No pensemos que los niños se van a convertir en adultos por participar como ciudadanos de plenos derechos, no, van a seguir siendo niños, pero con un
propósito: que se cumplan sus derechos como a cualquier adulto.
Tenemos que tener en cuenta que la participación infantil es progresiva
por lo que debemos impulsar esos procesos de participación y no pensar que no
estén preparados para ello. Hay que preguntarles, escucharles, valorar sus
propuestas, dejarles opinar, derivarles responsabilidades y organizar y
desarrollar tareas conjuntamente con nosotros para que así ellos sientan que
son parte del proceso der manera más coherente.
Debe
haber una cooperación entre familia y escuela para lograr una participación
infantil real que acoja a todos los agentes socializadores y que influya al
menor en su desarrollo psicoevolutivo. La familia como primer agente
socializador del niño la cual se encarga de atender a las necesidades físicas y
cognitivas del niño y la escuela como agente socializador de un cambio social
donde se promulga el aumento de los entornos en los que éste se desenvuelve y
que incrementará suficientemente hasta lograr la inclusión como ciudadano de
plenos derechos que participen activamente y aporten a la sociedad.
Muchas gracias por participar en esta actividad de la Unidad 3.
ResponderEliminarCómo hemos visto en el marco de la Unidad 3, el derecho a la participación en la infancia incluye el derecho a opinar libremente en los asuntos que le afectan, la libertad de expresión, la libertad de pensamiento, conciencia y religión, la libertad de asociación, el acceso a la información y el derecho a la protección de la vida privada.
Cualquier niño, niña o adolescente puede tomar parte en procesos de participación infantil, y atendiendo a la etapa educativa en la que se encuentra tendremos que trabajarla de maneras diferentes.
Es muy importante entender y superar que participar no es “asistir”; y esto supone uno de los grandes retos. Al participar planificamos, organizamos, coordinamos, debatimos, decidimos, ejecutamos, evaluamos… y es muy importante entender que el resultado sí importa: un ejercicio de participación en el que los participantes no se comprometen con el resultado, lo evalúan y se responsabilizan en la búsqueda de mejoras no es un ejercicio de participación real.
Hemos visto los beneficios que promover el derecho a la participación infantil puede tener tanto a nivel del alumnado como del centro educativo o de toda la comunidad, y también hemos podido reflexionar sobre esos mitos tan extendidos que suelen presentarse como las grandes barreras contra las que choca la promoción de la participación infantil.
La superación de mucho prejuicios, superar mucho de esos mitos que hemos visto, es uno de los grandes retos, porque si desde las familias, los docentes o los centros no se entiende el proceso de participación como un derecho y se ven los beneficios del mismo, no se darán los pasos para poder ponerlo en marcho en el ámbito educativo. Nos parecen una reflexiones muy interesantes las que haces.
Esperamos haberte motivado e inspirado para promociona de la participación infantil en tu comunidad educativa.
¡Muchas gracias por tus aportaciones!
EQUIPO DE DINAMIZACIÓN