sábado, 9 de marzo de 2013

ATENCIÓN SEÑORES, UN POQUITO DE POR FAVOR.

Hola mis queridos amigos. ¿Cómo está transcurriendo este fin de semana? El mío a decir verdad, no demasiado bien.

La verdad es que esta semana ha sido algo dura para mí, aunque no lo haya exteriorizado, ya que a día de hoy poseo una fortaleza mental bastante arrolladora.
Digamos que esperaba que me dieran la beca para poder pagar el primer año de universidad, pero...no ha sido así. Una pena sí...


Por otro lado el devastador seguro del coche me hizo replantarme darlo de baja, ya que a día de hoy puedo prescindir de utilizar mi vehículo pues mis desplazamientos diarios a la universidad, los llevo a cabo en transporte público; así que finalmente ayer mandé la carta de cancelación del seguro, aunque nunca se sabe si mañana me contratarán en algún sitio, pues lo mismo este no es el sitio más indicado para plasmarlo, pero...estoy algo "desesperado", económicamente hablando.

Pues bueno, dejando estos malos momentos por un ratito, os voy a plasmar lo que estuvimos dando en psicología en las dos últimas sesiones...

Hace dos jueves vimos entrar a Gloria por la puerta del aula como cada jueves (Nati no había venido ese decía; no sabíamos por qué, quizá estuviera enferma quizá tuviese ocupaciones profesionales...) pero esta vez no sabíamos que su entrada iba a ser diferente.

La verdad es que cuando Gloria hizo su aparición y se quedó frente a nosotros mirándonos, yo me imaginé que ella esperase a que nos callásemos, pero la verdad es que no fue así, pues todos en cierta manera esperábamos que ella nos dijera algo aparte del "Buenos días chicos" que estamos acostumbrados a escuchar por partes de ambas todos los jueves. Como eso no ocurrió, todos continuamos "rajando", y cuando ya poco a poco fuimos "apagando" nuestro tono de voz paulatinamente, Gloria nos comentó: "¿qué ha pasado aquí?" A lo que nosotros respondimos: "Nada, que hemos estado hablando".

Así pues, unos expresaron que habían estado hablando mientras la profesora se decidía a decir que empezásemos la clase, pero lo que no se dieron cuenta es que la clase había empezado justo nada más entrar Gloria por la puerta del aula.

Otros sin embargo, dijeron que habían estado leyendo el cómic de Mafalda y su amigo Felipe en la escuela porque opinaban que en cierta manera al cómic estaba relacionado con la sesión y que después de haberlo visto y leído, Gloria se expresaría...

Todo esto que nos había ocurrido estaba íntimamente relacionado con la sesión que dimos con Marian sobre la atención y la memoria en clase. Gloria nos preguntó si teníamos alguna idea de cuando habíamos empezado la sesión (si nada más entrar ella, si cuando Gloria empezó a mirarnos fijamente, si cuando empezamos a callarnos, etc.,.). Todas estas circunstancias habían "mermado" nuestra atención durante unos minutos, ya que constantemente durante toda nuestra vida, hemos esperado que el mando directo del aula (el profesor) nos empezara a hablar para comenzar la clase; en cambio nosotros actuamos como personas que no atendían ( o como he dicho personas que esperan a que un profesor se exprese para iniciar nuestra atención). ¿Es que la atención de una clase comienza con la palabra del profesor? ¿A partir de cuando nuestro cerebro se pone en funcionamiento para comenzar a atender?

Después de debatir cuándo creíamos que habíamos comenzado la sesión, leímos conjuntamente el cómic con Gloria, y seguidamente, nos dijo que en grupos pensáramos en experiencias con distintos profesores en las que habíamos visto mermada nuestra atención, y las estrategias que utilizaban ellos para reactivar nuestro proceso nuevamente.

Para atraer la atención de los alumnos, los profesores solían contar anécdotas que les ayudasen en cierta manera a complementar la clase conexionando a su vez la teoría con un suceso en sí. También  teníamos el claro ejemplo que cuando todos nos aburríamos, cambiaban de actividad para no perder la atención del todo.

Otros sin embargo, solían poner vídeos, mandar callarse a los alumnos cuando no prestaban atención, salirse de la clase (esto implica siempre el asombro de los alumnos), trabajar en grupo etc.,.

Quizá esas acciones fueran las más "suaves" de llevar a cabo, aunque había otras que no lo eran tanto... Por ejemplo, mis compañeros contaron que sus profesores les solían tirar tizas cuando veían que dejaban de prestarles atención, otros se ponían a bailar sevillanas (era algo inesperado por parte de un docente), preguntar a los que habían desatendido para ponerlos en ridículo frente a los demás compañeros de la clase.

En mi colegio solían "amenazarnos" con ponernos un parte colectivo si no nos callábamos. El hecho de poner un parte colectivo residía únicamente en que 4 o 5 de clase eran lo que siempre daban la nota; pero en cambio, los profesores de forma generalizada optaban por poner un parte colectivo para fuésemos nosotros mismos los que dijeran a esos que estaban molestando que se callasen, pues al final pagaríamos todos.

El hecho de que se atienda o no se atienda, a veces puede estar condicionado por múltiples factores.

Una persona con TDA fácilmente puede distraerse y no atender a sus profesores.
Otros de los motivos que suelen despuntar más es que los mismos padres dejan  de mostrar interés o preocupación por sus hijos, lo que conlleva a los niños desde un enfoque emocional a sentirse inferiores y a estar inseguros cuando se tengan que enfrentar al terreno escolar.

También el hecho de sacar malas notas puede acarrear desatender a los profesores en las clase, ya que el niño no alcanza su nivel de desarrollo escolar, lo que conlleva a sacar malas notas, falta de interés, desatención e incluso en muchos casos genera mala conducta (frustración por negatividad), es decir el hecho de que un niño tenga una mala conducta, puede ser a que al suspender las distintas asignaturas, el propio niño se sienta frustrado ante la posibilidad de sacar malas notas.


Para conseguir que un niño mejore su atención en el aula, se podría introducir algunas técnicas o dinámicas que fomenten la propia atención.

Por ejemplo, según cuál fuera la asignatura a tratar, se podrían proponer pasatiempos en forma de spa de letras, o la búsqueda de diferencias para que asimilen mejor mediante el juego la teoría que el profesor tenga que dar en clase. A veces no basta con preguntar si ha quedado claro lo que se ha dado, ya que la mayoría de las veces, por miedos, inseguridades a preguntar cosas que puedan ser preguntas desafortunadas o incluso "preguntas tontas" que te limiten el hecho de que pueda ser una pregunta que el resto de tus compañeros no haría, hace que muchos niños afirmen al profesor que han entendido la lección cuando en realidad no lo es. Por eso hay que incorporar el dinamismo en nuestras clases cuando seamos docente, hay que emplear un lenguaje que sea lo menos dictatorial posible, ya que al utilizar un lenguaje u otro, el niño podrá seguirnos o no. Así también cabría la posibilidad de que nuestro tono de voz se viera modificado cuando notemos "caras de acelga" ja,ja..


Por otro lado, yo también opino que si por ejemplo están dando teoría de la asignatura de Conocimiento del medio, podrían salir al aire libre durante 30 minutos para poder dinamizar e incluso poder asimilar los contenidos mejor que en clase, haciéndoles en todo momento partícipes y protagonistas de la sesión. Si por ejemplo están dando el tema de las plantas, sería interesante que si tienen algún parque cerca o incluso en el colegio mismo, pudieran por ellos mismos comprobar y manipular las plantas, su tallo, sus pétalos, su estructura en definitiva. Así pues, si la clase dura de 50 a 60 min, lo que haría es dar 15 min de teoría, y después saldría con ellos a la calle para comprobar si han asimilado bien los conceptos y así mediante lo presencial, que estos puedan asimilar bien todo lo que yo anteriormente les he explicado.


Muchas veces el hecho de "premiar" al que escucha o elogiarle mismamente, puede hacer que el niño que no escucha, modifique su conducta porque él también quiere el aplauso del profesor. Aunque muchas veces eso mismo puede estar condicionado por el hecho de "salir del paso", ya que lo mismo esa conducta de modifica un raro únicamente para conseguir que el profesor le premie, no porque realmente esté interesado en cambiarla.

Pensamos que a veces el hecho de que los niños no atiendan en clase, condiciona únicamente el papel del docente, pero no se debe olvidar que el contexto familiar perfectamente puede repercutir directamente en el contexto escolar, por las circunstancias que anteriormente he plasmado.


Y ahora os voy a contar lo que estuvimos haciendo el jueves pasado...

Este jueves que hemos abandonado, Gloria y Natalia han hecho hincapié en ofrecernos información relacional sobre la clase anterior práctica y la teórica con Marian, referente a las distintas teorías sobre aprendizaje memorístico y aprendizaje significativo.

Ellas nos dijeron que el aprendizaje memorístico era aquel que se fomentaba a base de repeticiones y en el que además entra en juego la memoria a corto plazo. En cambio el aprendizaje significativo en líneas generales, es aquel en el que se basa la elaboración y organización detallada sobre las cosas y que demás ofrece a los alumnos su memoria a largo plazo. Mediante el aprendizaje significativo actúa la re-significación, los intereses personales, así como también partir de conocimientos previos que nos ayuden a integrar nuevos conocimientos, construyendo un aprendizaje mucho más complejo y productivo.

Para aplicar todo esto al mundo docente, estuvimos pensando en actividades que podían derivar del aprendizaje significativo.

Mario y yo pensamos en actividades en las que los alumnos asociaran un alimento, una característica o incluso como bien nos dijo Gloria, niños de todas las comunidades autónomas para poder asociarlo con una comunidad autónoma diferente. Así, el aprendizaje significativo seguiría latente y su aprendizaje sería mucho más dinámico y completo.

Todo esto me hace pensar en que yo mismo en ciertos momentos de mi vida he llevado a cabo un aprendizaje memorístico en el que el procesamiento de la información no he conseguido clasificarla dentro de mi cerebro para que pueda pasar a formar parte de mi memoria a largo plazo, haciendo esos conocimientos o contenidos inútiles o haciendo que en la actualidad no me acuerde de muchos de ellos.

Seguramente todos en mayor o menor medida, hayamos sido víctimas en algún momento de nuestra memoria a corto plazo y el hecho de que hayamos "vomitado" la información en un examen porque nos lo hemos aprendido textualmente de las propias palabras del profesor, algo que si lo pensamos estaría bien para poder superar el examen, pero que sin embargo, en un futuro no podamos "disfrutar" de esa información pues ya no nos acordaremos de ella.



 Un saludo y muchas gracias por leerme.

1 comentario:

  1. Hola Javi,

    al revisar las dos últimas sesiones prácticas de la asignatura en un mismo post, tal vez te hayas percatado de que atención y motivación están relacionadas, siendo algo que exploramos más o menos explícitamente.

    De los ejemplos que revisabas, y de lo que comentamos en la clase práctica de la atención, tras hablar de cuándo había comenzado la clase, se pueden identificar dos niveles a la hora de gestionarnos (ya sea a nivel de atención, de motivación, etc.) o dar sentido a las cosas que nos ocurren, que quizá pueden definirse en términos de dónde está la "responsabilidad" (¿en el estudiante? ¿en alguien externo?). En este sentido el término de las atribuciones causales es muy interesante. A ver si pudiéramos abordarlo en clase en algún momento.

    Ah! en cuanto a las cuestiones personales que comentabas al comienzo del post (la resolución de la beca, tu decisión con respecto al coche), sería interesante plantearse qué papel juegan en términos de los elementos que estamos tratando en la asignatura y de los que escribes.

    Un saludo.

    Gloria.

    ResponderEliminar